anoche soñé contigo

lunes, 11 de mayo de 2009

UNA LEYENDA HECHA RUISEÑOR






Cuando llegué a Valparaíso, el año 1972, fue para ingresar a la Escuela Naval, y además de la maravillosa vista, que abarcaba desde Quintero hasta Las Torpederas, mi alma se encontró con un Valparaíso, que cualquiera quisiera haber conocido.
En las horas de" franco", alcancé a caminar por las calles de su "barrio chino", y pegarme algunas arrancaditas al American Bar, un local mítico, aunque lo hice disfrazado, pues de haberse sabido en el "alma mater" de la marina chilena, me habrían puesto de "patitas" en la calle.
Les decía, American Bar como paradigma, aunque los fines de semana me las arreglé para conocer algo mas, como también a la farándula viñamarina, o bohemia como ustedes quieran, por lo que muchas veces mis pasos me llevaron también hasta el hoy demolido Topsi, donde al revés, miré desde su terraza, hasta las luces de Algarrobo por el sur.
En fin cadete "lolero", le saqué un rendimiento muy “sensual” al uniforme.
Es en una de esas "salidas" cuando escuché, al filo de la madrugada, una canción, y una voz, las dos amalgamadas a una música de guitarras, tan armónicas, que no supe que era mejor.
De la voz me acuerdo, que era entonada , masculina, aunque con altos de maravilla, y me quedé "colga"o en las alturas" como dice Serrat.
Era un local de “aquellos”, y entre sus mesas se desplazaba un hombre "gordito, bajito, sencillito", de atuendos muy raídos , desgastados, pero cuyos ojos solo adiviné, pues a esa hora de la noche inexplicablemente, usaba gafas negras, pero que cantaba como los dioses, una canción, que con el tiempo ha sido un himno del "primer puerto de la república", y que en el extranjero, a la hora de las nostalgias, es un himno, pero nacional.
Salgan y verán que es así.
Bueno, a la hora de las causas, razones y demases, supe que el cantante era apodado con entera justicia "El ruiseñor de los cerros porteños", y la canción no era otra que "La Joya del Pacífico", ésa que reza así......"Del cerro Los Placeres,yo me pasé al Barón, la ra la la la la..............," .
Por mi parte, yo pasé a otras cosas. Mi vida, transcurrió lejos de Valparaíso, durante veinte años, y hasta en el extranjero, donde además pude constatar lo que sucedía con esa melodía y letra, una verdadera sociedad entre el ciudadano de Chile, el mundo y Valparaíso.
El año 1991, estuve de vuelta, y con una "morbosidad placenteramente culpable" fui a recorrer el Barrio Chino, ahora de día.
Me encontré con telarañas, y con las puertas tapiadas de los bares de antaño, por culpa del progreso, y de la cesantía, pero cual no sería mi sorpresa a la altura del Mercado del Puerto, en plena Plaza Echaurren, escuchar una voz que asocié a mi primera estada en "Pancho"...Claro, inconfundible, aguardentosa ahora, pero entonada y "decidora", montando en un caballito de batalla universal....."Me vine al Cordillera en busca de mi amor....".
La madurez mía ahora identificó al cantante , Jorge FARIAS en realidad, el mismísimo “ruiseñor” de antaño, y ésta vez cantaba por monedas, y en la calle, aunque se le achacaban a su cartelera, discos y actuaciones hasta con Antonio Prieto y Los Panchos.
Un diálogo corto que sostuve con Jorge, fue interrumpido luego, por un vendedor de pescado que agradecido por la canción le hizo llegar un paquetito de piures y una "cañita", y aunque siempre de gafas oscuras, discriminó y la apuró en un santiamén.
Desde esa vez, volvieron a pasar , diecisiete años, para escuchar y leer una noticia cruel, golpeadora : "Víctima de la Cirrosis falleció el "Ruiseñor de los Cerros Porteños".
Jorge FARIAS, “ruiseñor” primero, hombre después, pensé.
Valparaíso entonces, se volcó a la Iglesia La Matriz para homenajearlo, aunque ahora “finado”, y al cura le interrumpieron la misa cantando una diez veces "La Joya del Pacífico". Luego el cortejo recorrió de arriba abajo el Barrio Chino, y se detuvo cada vez frente a las ruinas del "Roland Bar, American Bar, y Los Siete Espejos" ese mediodía de domingo, y el cortejo fue una fila interminable de vehículos que iba desde la Caleta “El Membrillo”, hasta el Cementerio de Playa Ancha.
Se recordó a la hora de los discursos luego, que cantó el tema central de la película de Aldo Francia, "Valparaíso mi Amor", que gorjeaba , que amó a las mujeres mas lindas y fue amado también, que usaba gafas negras pues una despechada le hirió los párpados y le dejó una eterna cicatriz, y hasta hubo de parte de un hoy Alcalde, un "yo le tramitaba una pensión, por el aporte a Valparaíso y se murió justo cuando...."
Fue una leyenda dije yo, cuando al iniciarse un partido de Wanderers frente al Audax Italiano, también ese día funesto, se escuchó en el prólogo, y por los altoparlantes " El Bazar de los Juguetes", y varias otras canciones del "Negro", y hasta un minuto de silencio de jugadores que ni siquiera le conocieron se le tributó.
Ah., la leyenda de Jorge Farías continúa, pues aunque en el ideario musical , Víctor Acosta figura como autor de" La Joya del Pacífico", se que al igual que ocurrió con "La Consentida" de Jaime Atria, y lo he escuchado de muy buena fuente, que una noche de inspiración, y frente a los buques surtos en la bahía, con ese telón maravilloso de los cerros del Puerto, "El Negro" tomó la guitarra, escuchó a una voz “celestial”, y que le susurró al oído, con el viento de fondo, unas pequeñas estrofas, que terminaban con..."Torpederas de mi Ensueño, Valparaíso de mi Amor", la que sólo le pedía que no se cansara de cantarlas en honor al Puerto, y hasta su muerte.
Tán-Tán.
Digo yo.

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