anoche soñé contigo

lunes, 26 de diciembre de 2011

NAVIDAD ANDINA



Una carretera larga como una vida, un chocolate a punto de derretirse y las manos sobre el volante, mientras hierve el horizonte camino a Los Andes…
La vida misma con sus dos alfeñiques ahora, ni siquiera recordando las tramas de sus cuentos, y el verde de los árboles llenando la postal de Navidad, mientras en la Plaza, la gente se entretiene mirándose a sí misma en las caras de los demás…
Una persona rumbo al cementerio con flores rojas en un auto negro, y las gomas calientes rechinando sobre el pavimento…
Un cigarrillo sumergido en menta, y una cerveza en lata transpirando de frío…
Me amas como a tí, con tus nudillos, rozando mis articulaciones, y tu labio herido hurgando en mis secretos, mientras la Navidad se viene como un niño entusiasta , las botillerías cierran a media tarde, y se abren las iglesias…
Cariño filial en gotas, recuerdos que se suben como la leche, vecinos eternos, que se reproducen, y todo en movimiento hasta morir en la cama africana…
Me gustas como una cereza, me seduces como vertiente, me sustraes de mis actos, cierras mis libros, y te fumas hasta mi aura, bajo el sol andino de la montaña café de diciembre…
Perfume elegido con gusto, cadena de plata caprichosa, eslabón de carne, madrugada interrumpida, y memoria reincidente aplacada con inteligencia, te amo….

viernes, 15 de julio de 2011

DISQUISICIONES AMATORIAS DE UNA TARDE INVERNAL CON GUANTES VERDES (EDUARDO OSORIO A MO)





FASE UNO

Aquí estoy con manos de paralítico, la vista nublada, y la radio del auto a todo dar,
No se cual es el límite entre la cordura y la incordura, y aceptaría encantado cualquier cosa, menos sacármela a ella de la cabeza, mientras dan la verde en Viana y Plaza Sucre……
La mente es poderosa y se atreve a reinar, hasta dominar el corazón.
La sangre automática, borbotea en mis venas, azul venosa, como estampida,
hasta reciclarse en arterial, sacudiendo cada uno de mis sentidos, y cruzo la frontera, de allá para acá o viceversa…
El rojo parpadea, y retumba el eco, hasta prosternarme en una canción de Diamond, como a mis dieciséis…
Hace poco, que una helada amanecida, ha deshecho la concavidad que convexamos…
Un café hirviendo como mi líbido y un par de tostadas luego de la ducha.
¿qué más podría ofrecerle luego de la intensa aventura talámica que me dejó inválido?
Dos esquinas más allá, “niña, pronto serás mujer” de Diamond, suena estridente…

FASE DOS

Dormitorio durante un trimestre.
Cumplo la condena sagradamente, y no quiero indulto.
Es, de paredes verde manzana, la cárcel ideal para desayunar sexo, biodegradable diría…
Ni los fuegos del infierno, o el paraíso soñado, alcanzarían para rozarnos en la carrera sin límite al
Imperio de los sentidos…
Marcamos el paso,
Subimos el ritmo, hasta la coprolalia amatoria, y el papel de artistas representamos.
De una peli erótica, acumulo tramas, una experiencia malgastada, que al final no necesitaba…
Reina al final, la inteligencia salvaje de la reproducción en oleadas de morbo, y de un pacífico masoquismo para hacer durar la vitalidad detonada…

FASE TRES

Esplendor marchito,
acabo diciendo.
La fatiga material se apodera de mi cuerpo,
Mientras la mente aún cabalga salvaje, sacudiéndose mi líquido vital…
Tropel de gustos.

FASE CUATRO

Nunca piso terreno firme con ella,
Hasta el parquet es movedizo, la alfombra y la cama escaldasónica…
Me miran desde el velador, una mineral ebullente, y el reloj voyerista de números atrasados,
que la acostumbró a gozar hasta el último minuto, ni a dejar una gota de sudor sin estrujarla…
Fruto de mi ceguera, encontré la luz con ella…

FASE CINCO

No deberíamos ahogarnos
Sabemos nadar en el enjambre, diestros como angeles caídos…
Su llegada después del baño, es como proseguir un libro con la página marcada…
A lo que vinimos…


FASE SEIS

Acto final desesperado, sin mirar el velocímetro…
Domador o jinete, me ciño a su espalda final, y me asfixio como la Atlántida,
En el mar de su placer, y su mirada alienada…
Mi inmenso yo se paladea, y el ello lo mira no más…
Saco el periscopio luego, para mirar la superficie, y sólo veo su isla…
Nado hacia ella, junto a mi ello, mi yo y mi super yo,
Todos juntos ¿qué importa?...

FASE SIETE

Llegado el momento la estoy amando igual.
Llegado el final, con ella sentadita, y mi monstruo hirviente haciendo puntería…
Volveré a reflotarme, y me abrirá la ventana y la puerta de par en par.
Al capricho de mi líbido de montaña y todo terreno, que se aprendió sola…

FASE OCHO Y FINAL

El misterio es demasiado misterioso,
El terror demasiado terrorífico,
El frigorífico demasiado frío,
El horno demasiado caluroso,
y el amor demasiado ingenúo…(Eduardo Osorio, invierno 2011)


martes, 21 de junio de 2011

Hoy comenzó el invierno y de que manera…


Balanceándote con el frío después de la lluvia, con la música de Chostakovich en tus venas, porque todo es una sola creación, aunque no lo conozcas; riendo por si acaso ante los miles de ojos del invierno, a 18 mil kilómetros de la luz, un verdadero impala de la sábana africana, ninfa, alucinación sexual, vas a los brazos del tiempo, con tu paraguas de emociones…
Se mueven los ojos de los que a bordo de los inventos, dominan el paisaje que completas, y la música vuelve ahora, para excitarte, como una cascada, un tsunami del alma…
La música ésa, que es la misma aunque con otro tam tam, o que se yo, pero que ha estado ahí por miles de años terráqueos, y que se desintegra como una estrella fugaz cuando las escuchas de verdad, y no la imaginas, entonces ahí acaba…el milagro de la creación y de la imaginación aparejada…
Te estremeces luego con el frío, mientras aún recuerda las ostras de anoche, y las rodillas tienden a flaquear, el viento horada tus oídos y la punta de la nariz, trayendo olores a lavandas, rododendros y jazmines de España, coquetea, con su alma femenina de órgano sensual…
Las notas de la música, atracadas a la altura de un muelle, o en la cima del Himalayas, da lo mismo, lo mismito, con frases atravesadas, que dicen mucho o desdicen, ¿quién sabe?...
Baila, baila, con el sexo ditirámbico , en tu sueño dorado, acariciando la fidelidad prometida…
Tu motor es un mosquito, y el alma queda atrapada en la evanescencia de la foto mental, y en el ardor de los celos, cuando hasta todas las razas parecen celosas de tu alegría…
Hoy comenzó el invierno y de que manera…

lunes, 6 de junio de 2011

POR AIRE, MAR Y TIERRA. Eduardo Osorio.




La cara blanca del mimo Marceau, que todavía la embelesa,
la estrella brillosa, que se ve a través de la pared,
y el techo humilde pero sin goteras.
El regazo donde acurruqué mi cabeza.
El parlamento de sus ideas, debatiendo proyectos,
y hasta la sicóloga del lunes,
luchando con su espada contra los fantasmas.
Hablando sin cesar de los trazos de realidad,
Mientras allá afuera la lluvia horada la tierra,
Sacando a la luz el cuarzo energético,
Y los tormentos de la duda se retiran de a poco,
Antes de que la palabra definitiva salga de los labios,
De que el sol amanezca después de la lluvia,
Como el vuelo de las últimas tórtolas,
O la salida de su madriguera del zorro, hambriento y amante solitario.
A la explanada de Macondo, se llega por aire, mar y tierra,
ya que los sueños son todo terreno, cuatro por cuatro, y todo lo alcanzan. eoa.

domingo, 2 de enero de 2011

EL PRIMER DOMINGO 2011...


Me llaman de Ecuador, a través del cuernófono, que en la Avenida Amazonas de Quito, están quemando al año viejo la noche del viernes, tipín una de la mañana hora chilena..
¿A quien se le ocurriría en este continente con las horas de diferencia, la temperatura, el temperamento y las características de una América 2011, que Bolívar, pese a su tuberculosis, amó hasta los huesos?...
Es el año nuevo ecuatoriano en la mitad del mundo, y que tuve en suerte conocer para la época en que estudié en su Universidad Central…y una hora después del nuestro, cuando aquí era todo, bulla, alcohol y olor a pólvora…
Pero, ya…hoy es domingo 2, y ha comenzado la diáspora emergente de los santiaguinos hacia los cerros, y la carretera, mientras otros se quedan… dejando atrás los mojitos, las cubas libres, los piscos sours, los seviches, las langostas de Juan Fernández, los salmones ahumados de Puerto Montt, las leches de tigres, los peroles, y un cuantuay, del país que debió haber sido, la mescolanza de razas que no fue, los cuentos con final abierto, las ciudades con murallas de oro y lagunas de esmeraldas.
Así y todo, vuelven como las oscuras golondrinas a la orilla del mar, estos chilenos en sus todo-terrenos a zambullirse cada 31 de diciembre en los cristales de roca del verde mar porteño, con sus tradiciones y leyendas, mirados por los esqueletos de los naufragios milenarios, las palmeras de Michimalonco, la eterna miel de palma, y el caldillo de congrio, que no inventó Neruda, pero que lo dejaba a mil con sus hormonas en ristre, para aplacar la necesidad de trascendencia, de multiplicación, y que de haber sido, nos tendría admirando a su descendencia, y escribiendo sus memorias póstumas.
Pero vuelvo al 31 noche….
Una pareja de carabineros es abrazada por dos trasnochados lolos pasados a marihuana, y me recuerda a los paroxismos de García Márquez que mezclaba coroneles retirados con sempiternos mujeriegos y loros que hablaban varios idiomas…
Una sirena de un buque cargado con autos chinos, que extraviada en la bruma de los fuegos artificiales, práctica, evitaba la colisión en vez de celebrar.
Otra lancha con banderas wanderinas y de piratas, transportaba bohemios adinerados, que libaban a bordo con bataclanas, y que abrazarían toda la noche a diestra y siniestra en medio del mar a los sibaritas y dioses del pan, faunos, en vez de a sus familias, pero con lo que las alimentarán un mes a su regreso a los conventillos de la capital…
Las monjas de los conventos encomendándose a la madre Teresa, rogando por nosotros…
Los dueños de tanto tugurio y restoranes conconinos, embelesando a sus parroquianos con tanto embeleco con nombres de fantasía, sacados de los congeladores, y adornándoles con poderes afrodisíacos…
Tanto borracho suelto al mando de perfumadas cabinas con asientos de cuero, y volantes de cabritilla que crepitan con el roce de sus esclavas y anillos de oro y rubíes…
Otros tantos, a deshora, llegando al puerto con sus modestos cacharros cargados de colchones de espuma y carpas zíngaras, para hacer de enero una vacación de supervivencia…
Es el hedonismo en cualquiera de sus formas. La civilización americana, por la cual corre sangre huiliche y catalana. Ideales nazis o republicanos. Con presidentas y presidentes. Pedófilos y rutilantes estafadores. Curas y gurúes, con sus milagros a cuestas.
Bienvenido 2011, total último día nadie se enoja…