anoche soñé contigo

viernes, 28 de mayo de 2010

TRATANDO SER.....POR PLUMA VALIENTE.


Este es mi país al final del mundo, donde es más noticia, y primera plana, que un periodista se duerma por exceso de trabajo, mientras otros no tienen que comer, y darían la vida por la décima parte de la labor del otro, y no, que un chofer se duerma al volante de un bus entre Arica e Iquique, con un centenar de pasajeros a bordo, pero es mi país.
Con sus costumbres que se lavan al como esta lluvia de viernes, día a día, con un carné de identidad que ya no reviste huellas dactilares, sino “deudas consulares”, y donde el número importa más que la fotografía, el código de barras más que el nombre, y eres una clave con hartas equis, perdiéndote en el infinito de la “información digital”. Pero es mi país.
Con un sombrerero, que ya no gana nada, sino los retos de su esposa por dedicarse a uno de los oficios más antiguos del mundo, pagando un arriendo prohibitivo y bautizando su cuchitril a pasos del Congreso como “Ex..Eliseo Rojas”, para no despertar sospechas por tratar de mantener la costumbre de protegerse la cabeza elegantemente, dignificar la calva, o por último darle ese estilo, que nos merecemos a lo que “tenemos entre los hombros”, nos sella como individuos, y nos hace hombres.
Me detengo en esta cita, para homenajear a ése que repara por reparar boinas y yoquies o como se llamen, pero que caracterizaron a las generaciones, que no se dopaban a las cuatro de la tarde, sino soñaban, se perfumaban con Ideal Quimera y no Oscar de la Renta, y comían para vivir, aunque desde que el mundo es mundo ha habido gula, y no alimentos transgénicos en un mall, que le abortaràn los genes a su descendencia. Pero en fin, es mi país.
Y si alguien me contraatacara con Cambalache, entonces le respondo que por qué en mi país, del que hablo, se habla de territorio y no de marritorio, tampoco de las islas. Un país donde un pasaje aéreo a Arica o a Puerto Montt vale ida y vuelta 40000 pesos y a Crusoe, que está a 700 kilómetros tan sólo, un ojo de la cara, ¿pero saben?…es mi país.
En el cual abrazo a mi madre viva a sus 76, mientras que en el otro hemisferio, perdieron a millones de las suyas en una guerra, no pescan a nadie, sino viven a cuestas con sus traumas, y se les llama flemàticos, cuando en la flor de sus vidas, debieron esconderse en bunkers y comer pan duro roído por ratones…por eso sigo pensando que aunque estamos locos con la Selección, con los “ojos rojos” incluso, y Aero Smith llena los estadios, y al “verre” el autor de la Joya del Pacífico, como me lo contó a mí en una noche de juerga, no tenga un mísero clavel del aire en su nicho playanchino, efímero por si acaso, pero al fin de cuentas….es mi país.
Digo valientemente, aunque se íntimamente que no me convierte en héroe, y pienso de esta manera, lo que nadie expresa en realidad, acomodando bien sus nalgas en el colectivo a casa, para llegar a refugiarse en el cable o en el Chat. Para chatear incluso con el vecino, o con su hermano bajo el mismo techo, del cual le separa incluso sólo un tabique trizado y terremoteado, porque ya los hacen de internit y no de cemento, y podrían hablarse aunque fuera a través de la pared ésa, pero ¿saben? …es mi país…
Donde insisto, una escritora, con méritos más que suficientes para auto llamarse así, tiene que ir a ofrecerse como una ramera a un Colegio para dar una charla sobre la Gabriela, y ocultar que era lesbiana, para no pasar zozobras, mientras los cabros escuchan las historias del Rumpy, que es lo que les interesa, mientras la otra se descresta con un poema, surgido de una mente maravillosa, a la cual estas gotas de viernes en la mañana le inspirarían una oda magnífica….pero es mi país.
Mi país, en el cual caen los rayos tangenciales del sol, y nos hace envidiosos y depres, lo que engañamos con happy hours o tibias “sopas para uno”, en nuestra calefaccionada covacha. Mi sociedad, en la cual nadie se ha interesado, salvo en lunares que den dividendos editoriales, o tal como las “zetas” del periodista, causen el ridículo, mientras el sombrerero abre hoy día como de costumbre para recibir paraguas en vez de sombreros, y maniquíes con nuestras características antropomorfas que ya no interesan además, pues hay que ser esbelto y agringado, pero que igual repara y por lo que cobra una miseria, porque al final lo que “repara” es nuestra identidad, mientras los lujosos autos de los parlamentarios pasan raudos frente a su local, pensando que ellos si rescatan la identidad nacional…pero es mi país.
Que lata me digo, mientras miro al Pacífico, y se desperdigan algunos buquecitos plomos con cañones, para irse a algún puertecito que los esperarà con banderas de plástico para cerrar el mes del mar, con las tías de los jardines infantiles, de la mano de diez cabros chicos, que con sus manitas ¿o manitos? las batirán al viento, saludándoles, cuando al fin y al cabo, y cuando lleguen a casa, lo único que sabrán de Arturo Prat es que es un billete, que ahora viene con un chip anti falsificación, y cada vez se alejan más de los museos…pero es mi país..¡¡que bah…!!
Miles de ejemplos y frases, que alimentan mi propia fogata, y los que echo al fuego, para no perder la llama de mi identidad, o por último para tratar de ser, un auténtico chileno, aunque estoy bien cierto que un chino, seguramente un coolíe esclavo liberado del norte, dejó una estela genética que yo y mis hijos guardaremos en nuestros párpados un tanto oblicuos, y acaso también aparejada, una rebeldía con orgullo y honor, como sus antepasados….

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